Un ser que siente, es tan feliz como desdichado. Yo odio, por ejemplo, la incertidumbre que recorre tu cuerpo y quema tu garganta. Esa duda cargada de esperanza y desesperanza por igual. La preocupación amarga del que no sabe lo que le traera el porvenir. Es la peor sensación del mundo. Si cuando nacemos se nos diera la posibilidad de sentir el estomago revuelto, los ojos cubiertos de llanto, las muecas pesadas que solo se guían hacia abajo.. si hubiera una ventana al futuro para asomarnos y ver los desfortunios que conlleva una responsabilidad tan grande como es la vida, se agotarian nuestros sueños de un golpe.
Dicen, no debemos preocuparnos por el futuro, pues el trae sus propias preocupaciones.
Pero esta sensacion, de no saber si tendremos amor o desamor, su sufriremos o gozaremos, si brindaremos o callaremos.. si terminaremos en el silencio profundo que comienza despues del suspiro de derrota, hace que nuestro presente sea un conjunto de tristezas sin procedentes que terminaran en una verdadera vida de amargura.
Y ME REFIERO A LA SOLEDAD AMARGA NO DEL QUE ESTA SOLO, SI NO DEL QUE NO SABE CUANDO LO SERA.
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